También estamos en las redes ¡síguenos!

miércoles, 15 de octubre de 2008

El valor de la educación

El Partido Popular siempre ha defendido una educación de calidad como herramienta principal para la igualdad de oportunidades. Es esencial que un ciudadano reciba una formación cualificada y exigente para poder hacer frente a las situaciones que le depararán la vida y la convivencia en sociedad.

Es por eso que encontramos imprescindible que durante la escolarización se fomenten valores tales como el esfuerzo y la responsabilidad. Si un niño percibe desde los momentos iniciales de su formación que con esfuerzo puede llegar a conseguir sus metas estaremos fomentando que este niño en el futuro pueda afrontar su vida laboral y personal desde un contexto con mayores cuotas de libertad individual. No será así para el que piense que en todas las situaciones de su vida le “van a pasar de curso aunque suspenda cuatro”.

Y es que en el Partido Popular abogamos por la igualdad de oportunidades y no por la homogeneidad en el nivel educativo. Si a un alumno brillante, con ganas de aprender y que destaca notablemente por encima del nivel de los compañeros se le enseña que va a aprobar igualmente aquel que no hace nada, verá inútil su esfuerzo y no estaremos fomentando su capacidad de superación. Es más, incluso a él le rebajarán el nivel para homogeneizar el de la clase en su conjunto. Lo que realmente sería provechoso es que se desarrollaran al máximo las aptitudes de cada alumno de manera individual. Eso sí es igualdad de oportunidades.

No es una educación de calidad la que conllevan sistemas educativos socialistas como la LOGSE o la LOE, que ponen en cuestión la autoridad de profesores y educadores con tal de no contrariar al alumno alegando el “no coartar el desarrollo de su personalidad”. Hace falta dotar a profesores y centros educativos de la autonomía suficiente para poder detectar y corregir las faltas en el comportamiento o la regularidad de asistencia de los alumnos.

Esto nos lleva a la relación de los centros docentes con los padres de los alumnos. Creemos que los padres tienen un papel fundamental en todo esto, ya que son los responsables de la educación en valores morales de sus hijos y no la asignatura de “Educación para la Ciudadanía”. Con la obligación de cursar esta materia lo único que se pretende es adoctrinar en valores morales y políticos a los escolares desde muy temprana edad, a conveniencia e interesadamente.

Por último, consideramos necesario que los padres estén perfectamente informados sobre el rendimiento de sus hijos y que puedan, además, comparar los resultados de las pruebas de su centro docente con otros de su entorno. Así podrán tomar una decisión sobre a qué centro educativo prefieren llevar a sus hijos. Y es que la libertad de elección es un principio irrenunciable de nuestra política en educación. Por ello consideramos que la mejor de las situaciones es aquella en la que existe una amplia variedad de centros y proyectos educativos.