Nadie en la actualidad puede discutir que los principios del socialismo (aplicados durante muchas décadas en Rusia y en los países del Este de Europa) han fracasado estrepitosamente en los apartados político, económico y social.
Ese fracaso aún molesta mucho a algunos nostálgicos de esa doctrina colectivista, que quieren aprovechar la actual crisis económica para desquitarse del triunfo de la libertad acontecido, ahora hace casi 20 años. Y como no pueden resucitar las políticas que fracasaron pretenden criticar la economía de mercado y aumentar la intervención del Estado en ella.
A la izquierda de hoy en día no le ha quedado más remedio que aceptar la economía de mercado y eso ha conllevado que haya tenido que admitir que la imposición igualitarista del Estado sólo ha generado falta de libertad y pobreza.
Si analizamos un poco la actual crisis económica vemos que lo que de verdad ha fallado han sido los mecanismos de regulación y de control de las políticas monetarias y eso es algo que debe quedar a todo el mundo claro. Por lo tanto, no es que hayan fallado los instrumentos de liberalización, sino los de intervención.
Finalmente, es necesario decir que todos los hombres de buena voluntad han de desear dos cosas por encima de todo:
- Que a nadie le falte la alimentación necesaria, los cuidados médicos y el bienestar mínimo para llevar una vida digna
- Que a nadie le falte ni la libertad ni los Derechos Humanos tan importantes hoy en día.
Y el único sistema que ha permitido que esos dos deseos se hayan cumplido ha sido el de la democracia liberal, basado en el respeto al individuo, la libertad del mercado, la democracia y la tolerancia.
Ese fracaso aún molesta mucho a algunos nostálgicos de esa doctrina colectivista, que quieren aprovechar la actual crisis económica para desquitarse del triunfo de la libertad acontecido, ahora hace casi 20 años. Y como no pueden resucitar las políticas que fracasaron pretenden criticar la economía de mercado y aumentar la intervención del Estado en ella.
A la izquierda de hoy en día no le ha quedado más remedio que aceptar la economía de mercado y eso ha conllevado que haya tenido que admitir que la imposición igualitarista del Estado sólo ha generado falta de libertad y pobreza.
Si analizamos un poco la actual crisis económica vemos que lo que de verdad ha fallado han sido los mecanismos de regulación y de control de las políticas monetarias y eso es algo que debe quedar a todo el mundo claro. Por lo tanto, no es que hayan fallado los instrumentos de liberalización, sino los de intervención.
Finalmente, es necesario decir que todos los hombres de buena voluntad han de desear dos cosas por encima de todo:
- Que a nadie le falte la alimentación necesaria, los cuidados médicos y el bienestar mínimo para llevar una vida digna
- Que a nadie le falte ni la libertad ni los Derechos Humanos tan importantes hoy en día.
Y el único sistema que ha permitido que esos dos deseos se hayan cumplido ha sido el de la democracia liberal, basado en el respeto al individuo, la libertad del mercado, la democracia y la tolerancia.
