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viernes, 8 de mayo de 2009

Fiestas de Mayo - Móstoles 2009

Qué mejor motivo que nuestras queridas fiestas del Dos de Mayo para reunirnos al completo. Como cada año, en Nuevas Generaciones de Móstoles celebramos nuestros festejos como mejor sabemos, unidos y disfrutando de todas las opciones de ocio y recreación que ofrece nuestra ciudad; una ciudad que, como cada segundo de Mayo, saca a relucir sus mejores galas. Y es que la ocasión así lo merecía. Año 1 después del Bicentenario, 201 años después de que Móstoles lanzara un grito de Libertad, Justicia y Fraternidad a todos los españoles. Es un motivo para sentirse más que orgulloso de ser mostoleño, y más cuando vemos cómo una mezcla de colorido y portes goyescos se encarga de recordarnos que una vez fuimos la capital del sentir del mundo libre.


Primero, unos fuegos artificiales que llenaron de color un cielo vestido de fiesta. Nos reunimos por allí, cada uno llegó de un lugar y bajo esa lluvia colorida nos encontramos. Después, música, feria y, sobre todo, muy buen rollo. Aunque la mayoría veníamos de trabajar o de estudiar alargamos la quedada hasta casi el amanecer, y es que, una vez al año no hace daño, ¿no? Debe ser que nos quedamos con gana de más porque el Viernes volvimos a repetir, esta vez bajo la carpa del Partido Popular. Presididos por nuestro incondicional y querido Jesús Pato volvimos a derrochar rondas de risas y buen humor. Aunque al día siguiente hubiera que madrugar, más de lo mismo, en danza hasta bien entrado el amanecer. Y es que unas fiestas sin ojeras tampoco se sienten igual.


Y con esas llegó el motivo de todas las celebraciones, nuestro glorioso Dos de Mayo. La mañana fue tan maratoniana como emotiva. Sobre todo el Acto Homenaje a los Héroes de la Independencia en la Plaza del Sol, dónde nuestro máximo valuarte europeo, Don Jaime Mayor Oreja, con su habitual candencia y sensatez, nos vino a recordar que los tiempos napoleónicos ya pasaron y ahora es ocasión de luchar y votar por una Europa unida y generadora de progreso.

Todo esto junto al Monumento a la Libertad, una oda a la democracia materializada en bloque con 1808 centímetros de largo y 2808 de ancho (los porqués os los dejamos a vuestra interpretación de buenos mostoleños). Sus pilares: libertad, igualdad, justicia y convivencia. Los mismos sustentos sobre los que se basa el progreso en nuestra tierra.


La nota emotiva corrió a cargo del desfile histórico-militar que se encargaron de protagonizar un elenco de asociaciones ciudadanas regionales y extranjeras con sede en Móstoles. Unos vestidos de época y otros ataviados con los trajes típicos de sus países de origen dieron reflejo de lo que es nuestra ciudad en la actualidad: una mezcla de culturas que, mientras rinde honores a su pasado, se dirige unida a edificar un futuro prometedor. Policía Municipal y Nacional, Bomberos y demás cuerpos del orden desfilaron también delante de unos ciudadanos que aprovecharon a mostrarles sus respetos por la labor que cada día desarrollan en nuestras calles. Después, discursos de rendición de honores a nuestra historia en común a cargo de Don Jaime Mayor Oreja, Don Francisco Granados y nuestro alcalde, Don Esteban Parro. El acto finalizó con una suelta de palomas a cargo de nuestro futuro, nuestros niños, que se encargaron de lanzar al cielo un grito de esperanza en estos tiempos de crisis.

Para terminar, sprint final para aprovechar al máximo lo que nos quedaba de fiestas. Paseo por el mercado medieval, más feria, más carpa y más peñas. El domingo, cuando volvió a resonar el estruendo de los fuegos artificiales, las ojeras se mezclaron con los rostros melancólicos. Pero bueno, la pena se lleva mejor si contamos con que sólo quedan tres meses para las próximas.

Allí os esperamos.